Columnas de Opinión

Diario El País Uruguay

Hernán
Bonilla

Presidente y fundador

La resurrección liberal

22/04/2025

Las ideas liberales no lograron recuperarse hasta que el shock del petróleo de 1973 golpeó a las rígidas economías keynesianas, provocando un fenómeno que ni siquiera estaba previsto por la teoría dominante; la estanflación, o sea, la combinación de estancamiento del producto con inflación. A partir del fracaso en la práctica de la política económica keynesiana para lograr salir de esa recesión es que comienza a desviarse la mirada, una vez más, a las viejas ideas liberales. Durante la larga noche keynesiana fueron pocos los economistas que no adhirieron a esa escuela de pensamiento. Esto se debió parcialmente a que no era fácil conseguir una posición académica destacada si no se seguía el credo generalmente aceptado. El protagonismo de la resistencia liberal correspondió fundamentalmente a dos escuelas del pensamiento económico, la austríaca y la de Chicago. Muchas veces se suele asociar sin mayor detalle a ambas escuelas, pese a que tienen diferencias no menores. La razón es que muchas veces coinciden en las recomendaciones de política económica, firmemente en favor del mercado. Ambas escuelas defienden la propiedad privada como base para el intercambio, el libre comercio, la libertad de inmigración y la globalización. También apoyan la libertad de movimiento de bienes y de capital, así como creen en un gobierno limitado, entre otras coincidencias. Por otra parte, tienen discrepancias marcadas, verbigracia, los austríacos privilegian un enfoque subjetivo y cualitativo mientras que los “Chicago boys” prefieren uno histórico y cuantitativo. Con sus coincidencias y discrepancias estas dos formas de pensar convergieron en sus ataques a la economía keynesiana y fueron el relevo intelectual cuando esta fracasó estrepitosamente. Rápidamente el trabajo de Viena y Chicago a lo largo de las décadas de predominio keynesiano se difundió por las universidades del mundo y fue el sustento intelectual de las reformas liberales de los setenta y ochenta. Suelen mencionarse como los dos principales exponentes políticos del retorno a las ideas liberales a Margaret Thatcher en el Reino Unido y Ronald Reagan en los Estados Unidos. Sus reformas en favor del libre mercado, la desregulación, la apertura y los recortes de impuestos permitieron la recuperación económica de sus respectivos países. Solo a modo de ejemplo, luego de las medidas económicas de Reagan, los Estados Unidos vivieron el mayor período de expansión del siglo XX (1982-2007). Durante esos 25 años se creó más riqueza que en los 200 años anteriores de historia. El índice de Miseria (suma de la tasa de inflación y de desempleo) bajó de 20,6% en 1980 a 8,8% en 1986. No en vano Reagan se mantiene en diversas encuestas como uno de los presidentes más populares de toda la historia norteamericana. El libre comercio hacia la década de los noventa reinaba -al menos en los discursos aunque nos siempre en la práctica- en casi todo el mundo, especialmente luego de la caída del muro de Berlín. Al desaparecer la cortina de hierro la economía global pasó a estar mucho más integrada y la especialización y la globalización avanzaron a pasos agigantados. Nuevamente el libre comercio volvió a ser la teoría generalmente aceptada y una práctica exitosa para muchos países de distintas regiones del mundo, al menos por algún tiempo.